Tras un incendio hay una tarea secundaria bastante desagradable pero que no puede esperar. La limpieza. Será necesario reemplazar todas las cosas destruidas y limpiar las que aún puedan servir. Estas cosas pueden estar dañadas por el humo y el hollín, por agua, por químicos y además, estos materiales pueden haber llegado a todos los rincones de la vivienda, incluso si el incendio no afectó más que una parte de su casa, el hollín puede haber afectado paredes, artículos de tela, ropa y muebles.
- Pide autorización para entrar a la casa. Una vez dentro, evalúa el daño producido. Decide qué quieres limpiar y de qué necesitas tirar.
- Deja que el aire fresco circule. Abre las ventanas, lleva un ventilador que te ayude a incrementar el flujo de aire, ésto servirá para que el olor a humo desaparezca.
- Si vives en un clima húmedo y cálido, enciende un deshumidificador.
- Cambia el filtro de la calefacción a diario, hasta que no haya evidencia de hollín en él.
- Seca los objetos mojados. Puedes apoyarte usando ventiladores y deshumidificadores, pero si se usaron mangueras, quizá sea mejor llamar a profesionales para que lo hagan.
- Pon atención a la presencia de moho debajo de las alfombras y pisos. El moho puede significar un gran riesgo para la salud y dañar los pisos de manera irreparable.
Una vez que hayas logrado que tu casa regrese a la normalidad, te recomendamos ampliamente que te protejas para que nunca vuelvas a vivir una experiencia como ésta. Instala equipo contra incendio y detectores de humo, y recuerda darle mantenimiento a los extinguidores regularmente.