Apagar una parrilla en llamas utilizando un extintor resuelve un problema, pero crea otro. Generalmente nos vamos a enfrentar a un residuo blanco y arcilloso que se resiste a ser removido con jabón y agua. Esta sustancia arenosa no es otra cosa que bicarbonato de sodio y otros agentes extintores que fueron expulsados a presión. Deshacerse de este desorden necesitará productos de limpieza comunes y mucha fuerza en el brazo.
Necesitarás:
- Cubeta grande
- Agua
- Producto desengrasante (como los que usas para limpiar la cocina)
- Vinagre blanco
- Esponja
- Manguera para jardín
-
Cepillo de metal para parrillas
Procedimiento:
- Remueve las parrillas, cúbrelas de producto desengrasante y colócalas en la cubeta llena de agua. Déjalas remojar por un rato.
- Remueve la charola para el carbón, y si estás limpiando un asador eléctrico, remueve las piedras volcánicas o los tabiques cerámicos. Sepáralos.
- Talla el interior y el exterior del asador con una solución hecha al 50/50 de agua y vinagre blanco, que es un ácido ligero que ayudará a disolver y remover los residuos de bicarbonato de sodio provenientes de un extinguidor de fuego.
- Coloca el asador bajo el sol y enjuágalo utilizando la manguera de jardín. Asegúrate de eliminar todos los residuos. Deja el asador secando al aire libre.
- Coloca la charola de nuevo en su lugar, y en caso de ser necesario, las piedras volcánicas o tabiques cerámicos. Acomódalos en una sola capa y bien distribuidos.
- Talla las parrillas con una esponja, enjuágalas con la manguera y permite que sequen por completo antes de volver a colocarlas sobre el asador.
- Enciende el fuego y permite que el asador se caliente.
- Cierra la tapa del asador y mantén el fuego encendido por unos 15 minutos de modo que cualquier residuo que pudiera quedar, se queme. Esto eliminará las posibilidades de que tu próximo asado tenga un sabor extraño.
- Apaga el fuego y espera a que las parrillas se enfríen.
- Cepilla las parrillas con el cepillo de metal, y de ser necesario, enjuágalas de nuevo.