Las semejanzas entre un un extintor es muy parecido y una lata gigante de aerosol son muchas. Ambos cuentan con dos sustancias diferentes adentro. Una puede ser sólida, líquida o gaseosa que combate el fuego y la otra, el propelente, es un químico presurizado que provoca que la sustancia que extinguirá el fuego salga a presión.
¿Has notado que siempre son latas de acero sumamente resistentes? Tienen que ser así ya que el propelente que se almacena dentro está a presiones muy altas. Se necesitan envases sumamente resistentes para evitar que los extintores exploten.
Existen 3 tipos diferentes de extintores que presentan pequeñas diferencias en su funcionamiento:
- Extintores de dióxido de carbono (CO2). Contienen una mezcla de dióxido de carbono (gas no flamable) tanto líquido como gaseoso. El CO2 debe de ser almacenado bajo una gran presión para que pase de su estado gaseoso a líquido. Cuando se libera la presión, el gas se expande y se enfría convirtiéndose en un chorro blanco que extingue el fuego al sofocar el oxígeno y que al mismo tiempo, disminuye la temperatura del fuego.
- Extintores de agua, son los más comunes. Son básicamente tanques llenos de agua con aire comprimido (que actúa a manera de propelente). Los extintores de agua ayudan a disminuir la temperatura del fuego.
- Extintores a base de químicos secos. Son tanques con espuma o polvo seco que se combinan con nitrógeno comprimido a manera de propelente. cuando se aplica una capa de espuma o polvo sobre el fuego, se corta el suministro de oxígeno que necesita para seguir ardiendo y el fuego se apaga.
Si no estás seguro de qué extintor utilizar para extinguir un fuego, es mejor que te pongas a salvo y esperes ayuda. Utilizar una sustancia equivocada puede poner tu vida en peligro y empeorar el fuego.