Todos los seres vivos sabemos que siempre es mejor prevenir que lamentar por ello y desde que existe la humanidad, siempre hemos aprendido de los accidentes y tragedias, por lo que procuramos prepararnos para evitar vivir dos veces una situación de riesgo. Lo mismo sucede con los incendios. Actualmente existe una gran variedad de sistemas contra incendios, ya sean fijos o semi-fijos.
El tipo de equipo contra incendio que debemos de instalar dependerá en gran medida del giro comercial al que se destine el edificio y al grado de riesgo de incendio que involucre- El personal siempre deberá estar capacitado en las formas de evacuación y en cómo manejar los equipos contra incendio, de modo que estén preparados en el remoto caso de que se presente alguna emergencia.
Los sistemas contra incendios siempre deberán instalarse a la vista y deberán facilitar el acceso a ellos, colocándolos en lugares libre de obstáculos y protegidos de la intemperie. En caso de que el equipo necesite mangueras, estas deberán de estar dentro de un gabinete cubierto por un cristal de no más de 4 mm de espesor, recordemos que deben ser fáciles de romper en caso de emergencia.
Los sistemas fijos de extinción de incendio más conocidos son los rociadores y generalmente están compuestos por una red de tuberías para la alimentación de agua, sistemas de control y boquillas de descarga. Los rociadores se activan al detectar temperaturas altas, por lo que también sirven como detectores de incendios.
La principal ventaja de este tipo de sistemas contra incendio es que, al actuar desde el comienzo del siniestro, se evita que el fuego se propague, extinguiéndolo por completo, o al menos, dando tiempo para que lleguen los servicios de emergencia.
La instalación de sistemas fijos contra incendios requiere de un análisis previo de las instalaciones, y siempre deberán ser colocados por personal experimentado y capacitado.