Una noche vas conduciendo por una calle cualquiera. Es algo que haces cada noche, no tienes ninguna dificultad y conservas una velocidad similar a la que acostumbras mantener en recorridos parecidos. De pronto, llega hasta ti un olor que te pone alerta, poco después comienzas a ver humo o llamas: tu carro se incendia.
¿Qué debes hacer ante una emergencia como esta?
- Apaga inmediatamente el motor y detén el carro en un lugar seguro.
- Pide a todos los ocupantes del vehículo que salgan de él.
- No pierdas la calma.
- No levantes el cofre, el oxígeno avivará las llamas.
- Si hay fuego dentro del carro, sofoca las llamas utilizando un extintor de incendios.
- Si notas que el fuego se acerca al depósito de gasolina, aléjate del carro, para evitar los peligros de la explosión.
- Procura tener el tanque de gasolina lo más lleno posible, los gases que se llegan a acumular en el tanque son más inflamables.
- Revisa continuamente la presión de las llantas. Cuando la presión no es correcta, el carro consume más gasolina (lo que provoca que el tanque se vacíe mas rápidamente).
- Verifica continuamente el aceite del motor. SI el aceite está muy sucio, los conductos se tapan, lo cual puede provocar una falla.
- Asegúrate de que un mecánico revise el carro cada vez que notes que los fusibles se funden o queman constantemente, si notas aceite o fluidos debajo del vehículo, si ves cables sueltos o rotos, si falta el tapón del aceite, o si notas cambios repentinos en los niveles o en la temperatura del motor.